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“O CAMBIAMOS O NOS CAMBIAN”. Por: José María Daza Sánchez

 Esta frase célebre la citó en la posesión del Ex presidente Uribe, el presidente del Congreso, Valencia Cossio. Claro que cambiaron, pero para empeorar. Según el comandante paramilitar Mancuso, precisamente en visita que hizo, siendo clandestino, pero con autorización y protección del gobierno de marras, el 35% de los congresistas estaban matriculados en ese grupo ilegal, estaban representándolos allí.

Pero traigo a colación esta famosa frase para decir que si no aprovechamos esta oportunidad que tiene, especialmente, el Chocó y cada uno de sus municipios para cambiar a esta pérfida clase politiquera, que se ha ensañado con los recursos que llegan de parte del gobierno nacional y llevan a la debacle a cada ente territorial, quedaremos en la historia solamente como un departamento que existió y no precisamente la manigua se lo tragó, si no la desidia nuestra y la viveza de los interesados “dirigentes” que se han llenado sus bolsillos y tienen en el caos a la población. Claro que eso es lo que conviene, para ellos.

El único Hospital que atiende el segundo nivel, en la absoluta quiebra, a pesar de haberse reiniciado limpio de todo compromiso pensional, económico y financiero. El Hospital Roldán, también en el peor de los estados. Los centros y puestos de salud en pésimo estado o cerrados, lo mismo que las vías por los intereses particulares de unos grupos a los que el resto les vale nada. Paros por todas partes protestando porque han engañado a las comunidades prometiendo y firmando compromisos que nunca cumplen.

Esos partidos tradicionales ya están en desuso, llámense como quiera y el cambio que se requiere debe venir desde nuestra conciencia. Nada han hecho, de verdad, por su gente ni por su “pueblo”, que cada cuatro años “lo aman” (risas). Los indicadores que miden la pobreza, la pobreza extrema la pobreza monetaria, las necesidades básicas insatisfechas, el desempleo, el nivel competitivo de la universidad en todas las pruebas, igualmente en la educación básica, la productividad, etc, son los peores y no se ve mejoría.

No se ven las acciones de los entes de control. Abren investigaciones y hacen alharaca por los medios y ellos campantes birlando la cárcel y pontificando en las campañas políticas.

Y así se sigue eligiendo a los mismos con las mismas. Así que si no cambiamos esto llegará a mucha más violencia, pobreza y prácticamente a quedar abandonado por la gente que se cansa de ver y sentir que vamos de mal en peor, por la incapacidad de esos dirigentes impuestos por otros que han terminado procesados penal y disciplinariamente, se están yendo a otros departamentos. Que pesar del Chocó.

Hay candidatos para todos los gustos, especialmente los que ofrecen plata por el voto, porque saben que, de no ser así, nunca llegarían. Y el elector contento y feliz porque le quitó al “político” los cien mil pesos o qué se yo y ponerlo allí para que haga fiesta con los recursos públicos. Ellos no van a arreglar ni el problema del hospital ni de la salud en general, ni el de la inseguridad, ni el de la violencia, ni los servicios públicos, ni el de la pobreza, o bueno de pronto este sí, el de ellos, pero el del pueblo lo empeorarán. Tampoco reducirán el desempleo, ni incentivarán la producción agrícola ni productiva para transformar materia prima y que se pueda incluir valor agregado a nuestros productos.

Las propuestas que se ven, son: el de las componendas para defender sus intereses, alianzas, coaliciones, consensos, marrullas, tongos, fraudes, timos, trampas… Hasta la Registraduría la incluyen allí. La ambición la llevan al extremo. Se han multienriquecido desde siempre. ¿No será que ha llegado la hora de ponerle tatequieto a estos sinvergüenzas y elegir con transparencia, con conciencia, para, de verdad, sacar adelante a este vilipendiado territorio?

Esto no es de estructuras ni de plata, es de abrir los ojos y recordar al momento de votar quiénes han sido los que tienen postrado al pueblo.

No va a cambiar el Chocó de un día para otro, pero se puede empezar, eligiendo bien.




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